Ansiedad y dolor de pecho

En algunas ocasiones que hemos sufrido un ataque de ansiedad, podemos haber llegado a experimentar un fuerte dolor de pecho. Esta sensación de que se acaba el mundo y de que no podemos respirar viene muchas veces de la hiperventilación, es decir, respiramos muy rápido y entrecortadamente, sin que el aire llegue a llenar los pulmones.

Curiosamente, cuando hacemos el movimiento de inspiración y espiración desde el diafragma, solemos generar cierta sensación de calma, como suele hacerse en muchos ejercicios para combatir la ansiedad.

Si tienes ansiedad y dolor de pecho al mismo tiempo, en este post nos gustaría darte algunos consejos con la ayuda de algunos expertos.


Dolor de pecho y ansiedad, ¿qué hacer?

ansiedad y dolor de pecho


Lo primero es tener claro que ante cualquier síntoma recurrente de dolor de pecho, lo conveniente es que acudas a un médico especialista.

Puede tratarse simplemente de una angina de pecho, o estrés fruto de un ataque de ansiedad. Pero en cualquier caso debería ser el doctor quien lo determine.

Lo que sí sabemos es que cuando experimentas ataques de ansiedad, es absolutamente normal que puedas sentir dolor de pecho.

Algunas personas lo describen como:

  • Sensación de asfixia
  • Punzadas en el pecho
  • Taquicardia
  • Dificultades para respirar
 Ante estas circunstancias, e insistimos, siempre que se deban a la ansiedad, lo conveniente es tratar de poner en práctica algunos ejercicios para mantener la calma.

Por ejemplo:

  • Intenta pensar en otra cosa que no tenga que ver con aquello que te está generando ansiedad. Al pensar en otra cosa, tu cerebro está ocupado con esa actividad, quedando menos espacio para la preocupación intensa, lo que te ayudará a tener más calma.
  • Haz algunos ejercicios de respiración: al respirar hondo, aguantar y espirar el aire, de forma pausada y lenta, vas a poder generar cierta sensación de alivio y reducir la taquicardia.
Estos problemas de falta de aire suelen acompañar a veces a los ataques de ansiedad. Por eso, en la medida en que vayas aprendiendo a gestionar mejor la ansiedad, te resultará también más fácil evitar estos problemas de dolor en el pecho.

Hay veces en las que una situación prolongada de estrés puede provocar que los dolores de pecho te vengan, incluso, cuando aparentemente no te pasa nada. Al menos, es el mismo efecto que puede ocurrir debido a la ansiedad sin motivo. Que nuestro cuerpo da señales de estrés, aunque conscientemente no necesariamente nos sintamos ansiosos en ese momento.

Espero que este artículo te haya sido útil. Te invitamos a dejarnos tus comentarios si tú también te has visto en una situación similar.

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